Sobre un altozano que domina el Guadalquivir, en la localidad sevillana de Coria del Río, Blas Infante (Casares, Málaga 1885 - Sevilla 1936) diseñó y construyó en 1931, esta casa que habitó con su familia hasta su detención por los falangistas en agosto de 1936. La construcción la ideó dividida en dos partes, la árabe Dar al-farh o Casa de la Alegría y la cristiana. La primera es la que ofrece la fachada principal, recubierta con ladrillos sin enlucir y supuestamente inspirada, tanto el exterior como el interior, en el periodo nazarí. La segunda parte de la casa, se corresponde con la parte trasera de la misma, está enlucida y encalada en el exterior y a su vez es la que se comunicaba con la casa de los guardeses, hoy desaparecida. El interior está inspirado en las casas cristianas ¿?. Blas Infante ejerció de arquitecto, decorador y maestro de obras en el proyecto de esta vivienda. En ella proyectó su pensamiento nacionalista y su interpretación histórica de Andalucía. Para ello utilizó materiales como el ladrillo visto, la cal, distintos tipos de azulejería o el yeso. No es nuestra labor analizar la figura del llamado padre de la patria andaluza, pero si nos ha parecido interesante, por tratarse de quien se trata, de dedicarle a su casa esta entrada en nuestro blog. En nuestra opinión, la casa es una fantasía nacida de un espiritu soñador, pero construída sin el más mínimo rigor histórico ni estilístico. Tanto la distribución de la casa, como la decoración de suelos, techos y paredes conforman un desatino de vivienda difícil de entender. Falta luz natural, porque las ventanas son muy pequeñas y la luz artificial es muy excasa. No existe un patio central, vital para la necesaria ventilación e iluminación de una casa de esas dimensiones y porque además, es un espacio sujeto obligatoriamente a la identidad territorial que el autor defendió con su vida. La exagerada proliferación de todo tipo de elementos decorativos de diversas procedencias, materiales y colores, convierten el interior de esta casa en un decorado más cercano a Bollywood que a cualquier casa andaluza de cualquier época y estilo. Cierto que en algunas estancias se percibe una cierta influencia del "regionalismo", hay que tener en cuenta que la Plaza de España de Aníbal González se había innaugurado dos años antes. Del mobiliario original que hubo en la casa, solo quedan los muebles del despacho, el piano (donde compuso el himno de Andalucía) y un original escritorio-secreter, que simula un edificio califal y que pintó el mismo Blas Infante. Las paredes del comedor están decoradas con pinturas murales, de escaso valor artístico, en las que se muestra la visión que tenía de Andalucía, este hombre culto que tanto luchó por la identidad andaluza. En la biblioteca (las vitrinas son actuales), se conservan más de 1.300 libros y una pequeña colección de discos de pizarra de música arábigo-andalusí. En esta estancia se encuentra una hornacina con una extraña imagen de una desconocida Virgen de las Batallas. La Casa de Blas Infante, está incluída actualmente en el Museo de la Autonomía Andaluza, un espacio museístico que cuenta con jardines y salas de conferencias y exposiciones. En una de estas salas se expone de manera permanente una instalación artística, que intenta explicar la trayectoria histórica de la Autonomía de Andalucía.