El patio con la fuente o con el pozo o la alberca, ya ha sido tan laureado por los poetas y literatos, que realmente lo único que podemos decir desde aquí es... que lo disfrutemos. Este espacio arquitectónico, unido intrinsicamente a las casas andaluzas, se diseñó hace miles de años. Hay constancia de patios en las casas y los palacios de la lejana cultura mesopotámica, concepto constructivo que se extendió por todo el Mediterráneo, siendo parte indispensable de los habitats griegos y romanos. La civilización islámica le añadió el agua, con la fuente, el pozo o la alberca como símbolo imprescindible de su cultura. A nuestra tierra, el patio ya venía avalado por los ejemplos de los majestuosos palacios de la disnatía de los Omeya. En las casas cordobesas y en Medina Azahara, se formalizó el patio como núcleo central de la vida, dotándolo de muebles, plantas y adornos. Posteriormente en Sevilla y en Granada, este alma de la casa, este espacio de luz y alegría, alcanzó su plenitud. En el medievo, con la influencia islámica y bizantina, se incorporó a monasterios y abadías. A él se replegó la arquitectura del Renacimiento y del Barroco y esta misma idea en la que gira la casa, se llevó a la America descubierta por Colón. El patio...
Las fotografías que ilustran este pots son propiedad de andaluciainteriors.blospost.com
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