En pocas comarcas como en la Alpujarra granadina, el paisaje y los elementos que lo conforman, desde los núcleos urbanos hasta los barrancos y los bancales, constituyen un bien colectivo que sintetiza a la perfección los tesoros naturales y los culturales. La arquitectura y el urbanismo tradicional, se encuentran entre esos tesoros culturales. Juegan un singular papel integrador de todo el territorio, con independencia de las lógicas variantes locales y constituyen, probablemente, el más evidente de los distintivos de la comarca.
Lo mas original de la tipología alpujarreña son los tinaos. Espacios de transición, entre el espacio público y el privado, que se configuran como un lugar esencial de sociabilidad e interacción. Como extensión del uso agrícola, el tinao es una plataforma que recubre, total o parcialmente, la calle situada al Sur de la casa y prolonga el piso de la habitación ante la fachada principal. Su parte baja sirve de abrigo a las operaciones de carga y descarga. Su parte superior, se utiliza, en principio para el secado de alimentos, pero en realidad es uno de los lugares de reunión mas apreciados por los alpujarreños. El tipo más sencillo, consiste en una plataforma que vuela sobre la calle, bien apoyándose sobre pilastras de lajas de pizarra o sobre la construcción del otro lado de la calle. El tinao adquiere mayor complejidad en otras soluciones, como los que se cubren con otro techo o se cierran completamente.
Las fotografías que ilustran este post son propiedad de andalucíainteriors@blogspot.com
Espectacular. Como bien dijistes, son de las pocas comarcas que no ha cambiada nada, o casi nada.
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