Jaime Parladé, decorador.
San Sebastián 1930 - Marbella 2015
El 18 de enero pasado falleció en Marbella el decorador Jaime Parladé, uno de los creadores de la imagen estética de nuestra industria turística y figura clave para entender el estilo andaluz de decoración de los últimos cincuenta años.
Nació en San Sebastián por casualidad, ya que su familia residía en Tanger. En esa ciudad pasó, según cuenta en su libro publicado meses antes de su fallecimiento, un infancia muy feliz. De esa ciudad se nutrió gran parte de su idiosincracia como persona y como creativo. No podemos olvidar que, hasta la independencia de Marruecos, esa ciudad fue un nido de artistas y celebridades. Emparentado con parte de la aristocracia española, él mismo era Marqués de Apezteguía, pasó algunos años de su adolescencia con su abuela en Málaga. Cuenta que por aquella casa aparecían continuamente anticuarios y chamarileros, que se hablaba de arte y de antigüedades. Las circustancias, por tanto, que rodearon a Jaime Parladé, sumadas como él repite, a la suerte que siempre le acompañó, fomentaron su natural sentido del gusto y alentaron sus inclinaciones. Su padre quería que fuese diplomático y lo envió a Granada a estudiar derecho. Vivió varios años en un Carmen y según también cuenta en su libro, allí conoció artistas, literatos y más anticuarios. De su abuelo paterno, el célebre industrial malagueño Agustín Heredia, heredó la finca Alcuzcuz al norte del término municipal de Marbella. Como anécdota decir que esta finca la había adquirido el industrial, para proveer con sus árboles los primeros altos hornos que se construyeron en España y que estaban situados en el mismo término municipal. Desde ese lugar privilegiado, donde ha residido hasta su muerte, creó su particular estilo. Dice que, el gusanillo de la decoración le entró de verdad al conocer La Cónsula, la casa en Churriana del matrimonio americano Anne y Bill Davies (Hoy es una escuela de hostelería propiedad de la Junta de Andalucía). Después abrió La Tartana, su primera tienda en Marbella, donde empezaron a venderse ese "tipo de cosas" (según sus palabras) que definen la estética de Parladé: muebles sin pretensiones, platos y jarras de loza española, tejidos y alfombras marroquíes, piezas de artesanías locales... Diseñó con su amigo, el también fallecido Duarte Pinto Coelho, en 1958, el Hotel Guadalmina de Marbella. Diseñó las primeras casas que se construyeron en Sotogrande y con Duarte Pinto también abrió el mítico hotel La Fonda, en el caso histórico de Marbella, hoy por cierto tristemente un edificio en ruinas. Decoró en Suiza, Marruecos, Francia y Estados Unidos. Las ilustraciones de su libro, nos hablan también de sus proyectos en Mallorca, en un caserío de la Mancha, un Castillo en Cuenca o un palacete en el barrio de Salamanca. Le decoró casas a los Rothschild y a los March y fue amigo de Cocteau.
Pero su seña de identidad como decorador, de hecho la fotografía elegida para la portada de su libro pertenece a un rincón de La Tartana, es sureña y andaluza más concretamente. Ese empeño en lo natural, en lo local y en lo auténtico, en contraste con los grandes estilos europeos, tan apreciados en las decoraciones de otros elitistas destinos turísticos, como su San Sebastián natal o Biarritz. En verdad no tuvo formación técnica ninguna, ni siquiera estudios de arte, pero supo escuchar al paisaje, captar el valioso tesoro que le ofrecía la cultura, estética y antropológicamente hablando, de la Andalucía a la que pertenecía, independientemente de que hubiera nacido en el Norte. Tuvo suerte, insiste en el libro, se encontró por delante un campo de cultivo muy fértil, como fue la Costa del Sol en los años en los que proyectó su carrera. En esos años, en los que el turismo empezó a cambiar nuestro entorno, en los que otros estilos y materiales ambientaban los espacios y sirva como ejemplo El Hotel Don Pepe, paradigma del Estilo Internacional en España, tanto desde el punto de vista arquitectónico como desde el del interiorismo. Jaime Parladé creó su propio mundo decorativo, que estaba unido intrínsecamente al marco geográfico del que se sentía. Decoró el famoso bar Menchu de Banús, un conjunto arquitectónico el de este puerto deportivo ideal para exponer esa corriente decorativa que desarrolló. Más sofisticado y quizá un poco alejado de ese, que ahora algunos llaman estilo "Shabby chic" y al que se puede adcribir en un momento dado Parladé, fue el proyecto para las estancias privadas de La Maestranza de Sevilla. En este caso, es que no podemos olvidar de parte de quien venía el encargo. Desde su última tienda, situada en la misma finca Alzuzcuz donde residía, se han exportado muebles y objetos a todos los rincones del planeta y sus proyectos fueron portada de las más prestigiosas revistas de decoración. Experto en cerámica andaluza y española, (detestaba la porcelana) supo combinarla con una naturidad impresionante, con grabados ingleses del siglo XIX o con tapices indios. Trabajó con los mejores artesanos de Andalucía y dignificó objetos y materiales que iban camino del olvido, como el esparto y la anea. Utilizó toda la cromática y texturas propias de la cultura constructiva del Mediterráneo, incluyendo por supuesto al Norte de África.
Evidentemente, los trabajos que realizó fuera de Andalucía, no forman parte de ese estilo que nosotros analizamos en este blog y que tanto le debe. También es necesario añadir que otros decoradores, como Sir Terence Conrad, fundador de la firma Habitat, trabajaron paralelamente en otros países en las mismas líneas que Jaime Parladé, aunque la mayoría de ellos se dejaron llevar un poco más por los gustos del momento, como el minimalismo emergente o el rabioso Pop.
Pero su seña de identidad como decorador, de hecho la fotografía elegida para la portada de su libro pertenece a un rincón de La Tartana, es sureña y andaluza más concretamente. Ese empeño en lo natural, en lo local y en lo auténtico, en contraste con los grandes estilos europeos, tan apreciados en las decoraciones de otros elitistas destinos turísticos, como su San Sebastián natal o Biarritz. En verdad no tuvo formación técnica ninguna, ni siquiera estudios de arte, pero supo escuchar al paisaje, captar el valioso tesoro que le ofrecía la cultura, estética y antropológicamente hablando, de la Andalucía a la que pertenecía, independientemente de que hubiera nacido en el Norte. Tuvo suerte, insiste en el libro, se encontró por delante un campo de cultivo muy fértil, como fue la Costa del Sol en los años en los que proyectó su carrera. En esos años, en los que el turismo empezó a cambiar nuestro entorno, en los que otros estilos y materiales ambientaban los espacios y sirva como ejemplo El Hotel Don Pepe, paradigma del Estilo Internacional en España, tanto desde el punto de vista arquitectónico como desde el del interiorismo. Jaime Parladé creó su propio mundo decorativo, que estaba unido intrínsecamente al marco geográfico del que se sentía. Decoró el famoso bar Menchu de Banús, un conjunto arquitectónico el de este puerto deportivo ideal para exponer esa corriente decorativa que desarrolló. Más sofisticado y quizá un poco alejado de ese, que ahora algunos llaman estilo "Shabby chic" y al que se puede adcribir en un momento dado Parladé, fue el proyecto para las estancias privadas de La Maestranza de Sevilla. En este caso, es que no podemos olvidar de parte de quien venía el encargo. Desde su última tienda, situada en la misma finca Alzuzcuz donde residía, se han exportado muebles y objetos a todos los rincones del planeta y sus proyectos fueron portada de las más prestigiosas revistas de decoración. Experto en cerámica andaluza y española, (detestaba la porcelana) supo combinarla con una naturidad impresionante, con grabados ingleses del siglo XIX o con tapices indios. Trabajó con los mejores artesanos de Andalucía y dignificó objetos y materiales que iban camino del olvido, como el esparto y la anea. Utilizó toda la cromática y texturas propias de la cultura constructiva del Mediterráneo, incluyendo por supuesto al Norte de África.
Evidentemente, los trabajos que realizó fuera de Andalucía, no forman parte de ese estilo que nosotros analizamos en este blog y que tanto le debe. También es necesario añadir que otros decoradores, como Sir Terence Conrad, fundador de la firma Habitat, trabajaron paralelamente en otros países en las mismas líneas que Jaime Parladé, aunque la mayoría de ellos se dejaron llevar un poco más por los gustos del momento, como el minimalismo emergente o el rabioso Pop.
Nunca le gustó ese tan traído y llevado "buen gusto... " Yo lo que tengo es buen ojo, porque la expresión buen gusto es algo tan relativo y tan difícil de definir ".
Para saber más sobre la vida, la obra y la Marbella que le tocó vivir a este maestro, que es Jaime Parladé, podéis leer el artículo que su amigo Rafael de la Fuente le escribió el 24 de enero de este 2015, en La Opinión de Málaga, titulado "Jaime Parladé, el genio y sus espejos".
No tenía ni idea que ha muerto. Lo conocí por ti, que hablabas y mucho de él. Ahí queda su obra.
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